Esta escritora, al decir de un
famoso crítico, hizo agua. Pudimos conseguir apenas un fragmento de su
caudalosa obra. Lo que leeremos es simplemente una gota en medio de su océano
literario; el resto se perdió cuando se inundó su casa.
Llueve. Llueve intempestivamente.
Desde la ventana se ve el rebotar de gotas de agua destinadas a la muerte. Es
que no rebotan, simplemente se deshacen. Pero luego se evaporarán y volverán a
su origen, para regresar, en otro día de éstos, a realizar una nueva incursión pluvial.
¡Cómo llueve!. De arriba
pa´ abajo. ¡Cómo está el agua!. Mojada.
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